Las calenturas de Chi’gag


Las calenturas de Chi'gag


Cuentan que el nombre original del Volcán de Fuego era Chi'gag que significa: donde está el fuego. Desde tiempos de la Colonia, a los españoles que vinieron a "descubrirnos" no les gustaba ese nombre indígena y mucho menos el otro que se les hacía algo satánico. Pensaban que las constantes erupciones cesarían si el coloso tuviera un nombre más cristiano. Entonces unos sacerdotes quisieron re bautizarlo con el nombre de "Catarina". El volcán se negó rotundamente a recibir las aguas bautismales, arrojando de una sonora erupción, la cruz con la que pretendían hacerlo. Dicen que fue tal su furia, que el instrumento sacramental llegó directo al Palacio del Obispo. Nadie más intentó volver a cambiarle de nombre.

El Volcán de Fuego siempre ha sido considerado activo. Su intensa actividad está debidamente documentada.

Algunos aseguran que el escritor francés Antoine de Saint-Exupéry hace referencia a él en libro El Principito, recordándonos la necesidad de estarle dando "mantenimiento" para evitar alguna catástrofe. Sin embargo, nunca he leído referencias de sacrificios humanos para aplacar su ira. Pero si hubiera necesidad, conozco un par de políticos (con neuronas completamente vírgenes) que bien podrían desaparecer y no los extrañarían ni en su casa.

El Volcán de Fuego no avisa cuando despierta, apenas algunas señales de humo previas. En su larga lista de explosiones y erupciones nunca había provocado tanto daño. El pasado domingo 3 de junio lanzó una lluvia de arena y piedras a 700 grados centígrados. Las columnas de ceniza alcanzaron los diez mil metros de altura.  La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres, CONRED, no supo estar a la altura de las circunstancias. No se movilizó a tiempo para desalojar a las aldeas que se encontraban en eminente peligro. Y no lanzó ninguna alerta ni alarma que pudiera evitar una tragedia. ¿Cómo es que un lugar privado como el club de golf El Retiro si logró evacuar a tiempo a sus trabajadores y huéspedes? ¿Es que tienen mejores protocolos de seguridad que el mismo Estado? ¿Qué podríamos aprender de esa rápida reacción?

Por otro lado, el presidente del país (no merece ni que se le nombre) aseguró que no cuenta con un solo centavo para emergencias, pero si para gastar en lentes oscuros (no olvidamos, no perdonamos). Debemos estar muy atentos para que los políticos no aprovechen esta ocasión para seguir robando. Hoy más que nunca debemos denunciar la corrupción. La corrupción le roba recursos a la prevención. Nos arrebata la vida.

Somos el país más vulnerable a desastres naturales de Latinoamérica. Nuestro mayor bien, nuestro activo más valioso son los seres humanos, ese gran corazón de oro y fuego que late en cada guatemalteco solidario. Voluntarios anónimos, bomberos, policías y soldados de a pie, nunca han tenido miedo de ensuciarse las manos por salvar una vida.

De las postales de ayer, me quedo con la imagen de un soldado sacando del inframundo a una niña de ojos grandes y despiertos, una luz de esperanza entre tanto dolor.

@liberalucha


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